miércoles, 10 de abril de 2013

Gordi

Si hubo una película que marcó toda una generación, esa fue Los Goonies. No se trata de la mejor película de la historia y ni siquiera su trama es digna de aparecer entre las obras maestras del cine, pero nos contaba la historia de un grupo de adolescentes que se adentraban en una cueva para buscar un tesoro pirata. Aquello nos evocaba todas las aventuras que habíamos imaginado en nuestros juegos de calle en la que a veces unos hacían de bueno y casi siempre otros hacían de malos.

En aquella aventura cinematográfica, el personaje que nos ha quedado grabado con el tiempo era el del chico torpe del grupo. Gordi, como le apodaban el resto de la pandilla de Los Goonies, siempre metía la pata y siempre se metía en líos sin querer buscarlos. Tras una de sus patochadas, es atrapado por la banda de malos y sometido a un conato de tortura. Tras largar la traviata es encerrado en una sala con Slot, a quien termina convenciendo de que su familia es la reencarnación del diablo y que debe ayudarle a rescatar a Los Goonies de su trampa mortal.

 En una memorable escena en la que ambos se presentan y Sloth no para de repetir el nombre de ambos, Gordi entrega una chocolatina a Sloth y este comienza a gritar la palabra "chocolate" incontroladamente. Es el principio de una amistad y el principio del fin de los planes macabros de la familia Fratelli.

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